Taberna del rol por qeu si [Fantasia medieval]

Tu puta taberna llorón.

FIRST

Puto mod.

-Entra un mono alvino por la puerta-
- Hey!, HEY! Simmon vuelve aquí!
Veis entrar a un chico joven y alegre por la puerta persiguiendo al mono.

-Ah .... perdón por armar tanto jaleo, pero mi mono siempre que entra a una ciudad se vuelve loco ....
Me dirijo a la barra.
-Que tiene para mi, tabernero?, estoy sediento.

-Una jaula para encerrar a ese diablillo- dice mientras limpia una gran jarra de cerveza con un paño blanco de lino con unas iniciales bordadas en una esquina; "AJ". -Jajaja... Era broma. Tengo una multitud de bebidas alcohólicas y son alcohol tu pide por esa boca y yo te diré si puedo ofrecértelo. El mono si no te importa llévalo al establo aquí podría molestar a los clientes- Dice con una amable cara sonriente. Aunque en el fondo esa cara parece decirte que te va a descuartizar.

Las puertas se abren lentamente y se oye el susurro de una capa en movimiento.
Apenas se le ve el rostro con la capucha que lleva puesta y su paso es ligero y veloz.
Se dirige a la barra y mira al tabernero:
-Un simple vaso de agua,por favor.
Se gira y observa al mono,finalmente tras una sonrisa burlona hace como si hablase con el:
-¿No cree que debería dejar a su mascota en el establo?-Dice señalando al verdadero dueño.
Luego vuelve a girarse al tabernero,esperando el vaso de agua.

Una misteriosa chica entra en la taberna con un tranquilo cuervo con sombrero, monóculo y con pose diplomática. Y al ver el alboroto, montado por el simio del joven dice, al tiempo que se descuelga el arco del hombro para sentarse: -No os preocupéis por mi emplumado amigo, el si está educado.

Iro suelta sutilmente:
-¿Hablais de vos?
Y sigue con ansias esperando el deseado vaso de agua.

Perdona joven, pero creo que vos lucís más pluma incluso que mi amigo del hombro, ¿No es cierto?

Iro esboza una sonrisa:
-Debo admitir que me encuentro sorprendido de su ingenio-Se gira hacía la mujer en cuestión y hace una exagerada inclinación-Un placer conocer homínidos capaces de relacionar más de dos palabras-Dice con intento de seriedad.
Se reincorpora y observa a la mujer de arriba abajo con su rostro oculto bajo la capucha.

¿Os creéis muy inteligente y misterioso con esa capucha puesta eh? No me hace falta veros la cara para saber vuestra edad, el color de vuestro pelo, que tuvísteis un parásito intestinal hace algunos meses y si me apuráis la bestia que os hizo esa enorme marca en la cara. Normalmente, amigo mío, la gente no usa la mayoría de sus sentidos y se limitan solo a ver y escuchar, un defecto propio de gente débil. Sería tan amable de contarme la historia de esa cicatriz? Me es familiar su forma...

Iro pone los ojos en blanco y suelta una carcajada:
-La edad no debe hacer honor a la sabiduría,pues si bien hay algo de lo que carezcas es educación y respeto,juzgando por su parecer no debe ser mucho más adulta que yo-Sacude la cabeza-Quizás deberíais plantearos el dedicarse a las artes de la revelación,pues sería un oficio más que desastroso.
Se retira la capucha y le mira penetrante a los ojos.
-Si bien uso esta capa es para no ser objeto de supersticiones y culturas absurdas por mi llamativo pelo,además de que mi honrado trabajo tiene por costumbre generarme muchos enemigos-Enarca una ceja-¿Debo imaginar que usted se ha dedicado a olerme todo este tiempo?
Alza su mano y hace un gesto negativo con el dedo índice:
-Hay cosas que es mejor no saber...Al menos no en un lugar que tiene por paredes,más oidos que un Silio.

Tras fallar algunos intentos en la captura el escabullidizo homínido consigue atraparlo y le da una cascara de manzana seca que tenia guardada en uno de los bolsillos interiores de la capa. Este, tras estar tranquilo se posa en el hombro de Kvothe mirando alrededor y moviendo la cola juguetón.

- Perdone las molestias posadero, ya se ha calmado y no volverá a molestar, de todas maneras dudo que mi amigo cause muchos mas problemas que esos dos de ahí atrás- dice Kvothe señalando la pequeña confrontación que se había desatado- y... si puede ser, me gustaría un vaso de leche para beber.

Mientras el posadero atiende a Kvothe, este mira y pone el oído en la pequeña batalla desatada a escasos pies de el, acumulando toda la información posible.

Las puertas se abren estrepitosamente, Ushio entra como si le llevara la vida en ello, con una cara de espanto.
- Esto... Hábeis visto a mi ardilla?- Dónde estará *dice en voz baja* siempre se pierde la escurridiza..
Tras mirar el jaleo de la taberna, se encuentra con los ojos del mono, parece como si se pudieran hablar.
- Ahhh, muchas gracias. -
Ven aquí pequeña sabandija, mientras coge a la ardilla a unos pasos de él y se la coloca en el hombro, mientras la acaricia.
-Tabernero póngame un vaso de leche también, y rellene un cuenco con agua para estos dos pequeños compañeros, mientras señala a su ardilla y al mono.

Sonrie levemente y al tiempo que mira al hombre del mono dice: Creo que tienes razón, ese feriante del mono ruidoso lleva un rato con el oído pegado a nuestra conversación... -¿Quieres algo amigo? pregunta al joven pelirrojo al tiempo que se levanta de su asiento para colocarse bien la camisa.
Por cierto, a diferencia de lo que crees no voy por ahí olisqueando a la gente como el hombre rarito de la ardilla que acaba de entrar, simplemente tu olor destaca sobre los demás y dice mucho sobre tu presencia y rastro, a una persona a la que gusta pasar desapercibido como parece ser tu caso no le vendrá muy bien, ¿no crees? -Dice mientras levanta la mano para pedir al camarero algunas cáscaras de frutos secos para que su galante cuervo se entretenga.

Se limita a decir:
-No sé que es peor,si tener un olor peculiar o saber el color del cabello con la nariz.

-¿Vaya a quien llamas rarito?- Mientras se va conviertiendo en mono albino.
-Así por lo menos no tendré que hablar con esa mujer con aires de rastreadora... -Piensa- Mientras hace una señal al mono y a la ardilla para jugar y corretear por toda la taberna.
- Dejemos aislado al cuervo- les dice a su fiel compañera y al nuevo amigo- mientras salta del asiento- parece que tiene aires de superioridad...

Al ver que comienza a transformarse en simio suelta una carcajada tímida mientras dice: Vaya, que gente más curiosa hay por aquí..
-Como te iba diciendo-mientras mira al encapuchado fijamente- no es solo el olfato lo que delata tus características, todos los humanos deberíamos aprender a observar y no solo a mirar por el hecho de tener ojos -al tiempo que le quita un cabello oscuro caído que tenía en la ropa y levanta un poco la capucha con el revés de la mano. -Por cierto, todos tenemos un nombre, el mío es Kairy

-Ah no señora, no se preocupe, solo estaba buscando algo de entretenimiento, no se sienta ofendida .... - Se pone la mano en la cabeza y con una gran sonrisa en la cara - Solo estoy aquí de paso.

Al ver que el señor de la ardilla intenta jugar con con Simmon con paro antes de que vaya a hacer el gamberro.
-No, Simmon, para, ya has molestado suficiente.

*El tabernero me da mi vaso de leche*

- Ah, muchas gracias caballero- coge el vaso y da unos pocos sorbos.

''Es curioso que se encuentre un pelo en mi hombro cuando lo tengo tan corto''

El tabernero parece tímido a pesar de su profesión y al parecer sirvió mientras hablaba con la mujer.
Iro recoge el vaso y toma un trago.
-Soy Iro-Dice hablando con la mujer.

Encantada, creo que me retiro por hoy, por cierto estoy buscando información sobre una ciudad conocida como 'punto muerto', si consigues algo de información útil sabré recompensarte...

-Tabernero!, hay aquí camas en las que pueda pasar la noche?

Cansado de corretear por toda la taberna en forma de mono albino. mientras trataba de alcanzar a Nymeria (su ardilla, recién bautizada).
Ushio vuelve a su forma humana, y con un tono cansado pide algo de comer al tabernero, mientras se toma su vaso de leche, el cual habia olvidado.

Las puertas de la taberna se abren nuevamente y tras ellas entra la joven Leena, con su lira agarrada con fuerza contra el pecho e intentando no llamar mucho la atención. Algunas caras se giran para mirarla pero ella no hace más que ignorarlas.
Sin embargo, no puede evitar sentir curiosidad por el grupo de personas sentadas en la barra, especialmente por el joven de semilarga y rojiza melena vestido con atuendo de monje. Leena se queda tan embobada mirándolo que se tropieza y cae estrepitosamente al suelo, causando un gran estruendo. Toda la taberna se gira para mirarla, y ella se muere de vergüenza. Se levanta apresuradamente y corre hasta un lado apartado de la barra, y se sienta allí deseando pasar desapercibida, roja como un tomate.

-T... Tabernero, por favor... Un vaso de licor de avellana.

Y, mientras toma su bebida y tararea en voz baja, la joven no puede evitar mirar constantemente de reojo al joven pelirrojo.

Vaya, vaya, no son muy comunes las orejas de conejo por estas tierras... De donde venís amiga?- Mientras la mira con sus penetrantes ojos y da una cáscara de fruto seco a su animal.